arquitectura

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viernes, 21 de diciembre de 2012


Arkiforum 2012

 “Dare to be naive”   R. Buckminster Fuller
“Atrevete a ser ingenuo” R. Buckminster Fuller

Jean Philippe Vassal
Cada año se celebra en el Santo Domingo el foro de arquitectura más importante del país “Arkiforum” en el que se dan cita arquitectos internacionales de amplia fama internacional; este año en su versión 2012 disfrutamos de una controversial y efervescente mezcla: Por un lado el básico y esencial Jean Philippe Vassal y por otro lado el magnético y controversial Thom Mayne nos mantuvieron atentos, sin pestañar de principio a fin. Todos los años el foro se supera a sí mismo en un contexto sin igual; estudiantes y profesores se dan cita cada año para nutrirse de las innovaciones en el área de diseño de primera mano. Unos asisten por curiosidad y pasión, algunos por la innovación y otros por escepticismo pero en el fondo,  todos vamos tras lo nuevo, lo creativo y lo sorprendente de los procesos de diseño, las estrategias de inspiración, la idea y el abordaje del concepto siempre descritos por los propios creadores.

Lacaton-Vassal. Edificio de Apartamentos en Potiers
Jean Philippe inicio su intervención hablándonos de su experiencia en el África: Nigeria. El desierto y su aridez fueron la ocasión en la que este arquitecto empezó a tener sus primeros encuentros con la arquitectura, el estigma de la precariedad marco el ejercicio profesional de este arquitecto establecido hoy en Francia, lugar en donde ha logrado grandes hazañas devolviendo vida y vigor a edificios sentenciados a la demolición; de ahí que el titulo de su charla fuera: “less is more”. La influencia de mies y de la percepción espacial básica y simple de la Farnsworth House es una referencia conceptual poderosa en todo su discurso. Es impresionante la manera en la que este arquitecto describe el proceso de diseño desde la escasez, las limitaciones, las inclemencias del tiempo y las altas temperaturas. Todo su discurso se centra en lo mucho que puedes hacer frente a las grandes adversidades de nuestro mundo actual, su actitud como arquitecto de cara al hecho arquitectónico es un llamado al estudio profundo del gesto espacial como respuesta a las realidades de la función, el usuario, el entorno y el costo. La arquitectura de Vassal es esencial, fundamental y básica; no busca sobresalir ni adueñarse del entorno, es una arquitectura pasiva, de múltiples paletas cromáticas coexistiendo al unísono como fragmentos encajados de los lienzos de Gustave Klimt; por citar un ejemplo pictórico para las teorías del romanticismo social-colectivo. 

La mayoría de los trabajos expuestos por Vassal Architects en París son remodelaciones, puestas en valor, restauraciones y revitalizaciones. El gran tema es traer vida al interior de edificaciones muertas por el desuso, por el empobrecimiento de los servicios, por la falta de seguridad o simplemente por la rotación o abandono antojadizo de los usos. Como resultado de una arquitectura reflexiva, su charla no logro cautivar el asombro del  público, entiendo que esa pudo haber sido la intención, pues el modo tranquilo y de bajo perfil de este arquitecto sugiere la calma y el sosiego de lo que a fuerza de tanto entenderlo ya no se quiere admitir, porque es incuestionable y tan similar a nuestra realidad. Frente a tales proyectos, tan ciertos como nuestro país todos los presentes nos sacudimos sobre nuestras conciencias entendiendo la historia repetida de nuestra propia ciudad genérica importada, cargada de modelos del clima templado de otras latitudes, de los materiales inadecuados y de la propia reacción contraria a lo local;  del espacio basura y el uso de suelo de nuestros centros históricos, del crecimiento rizomático y la densificación de lo fractal, de nuestra dejadez frente a la recuperación del verde y del espacio publico... ciertamente hubo grandes silencios, puede que Jean Philippe no conozca a fondo nuestro país, sin embargo sus conceptos de diseño tocaron las raíces de nuestras problemáticas. Este arquitecto disfruto del silencio árido de nuestra reflexión desnuda, mientras sus proyectos iban dándonos bofetadas secas, creándonos las expectativas esperanzadoras de una arquitectura que muchos anhelamos pero que la piedra sobre nuestras cabezas pocas veces deja crecer. Al final unas cuantas preguntas desvergonzadas sobre gestión y política cerraron esta excepcional intervención.
Thom Mayne

Como buen estadounidense conocedor del show Business Thom Mayne se apodero del escenario, cambiando rápidamente el discurso de su charla, iniciando con una devastadora teoría conciliadora que resquebrajó todo el esquema reflexivo que su contraparte había logrado crear en la audiencia; demostrando así por qué es él y no otro el premio Pritzker 2005 de arquitectura. Fue un salto brusco y muy fuerte, desde lo simple a lo complejo, desde lo limitado hacia lo abundante, desde Nigeria hacia California. El objetivo inicial del discurso de Mayne fue cautivar  nuestra atención con toda la pasión y el entusiasmo de su personalidad. La rebeldía y efervescencia de sus palabras fueron abriéndose paso entre las expectativas de la multitud y de inmediato las imágenes de sus proyectos empezaron a surgir de las pantallas, ya nadie pensaba mas en construir ciudad, en el usuario, en el costo ni siquiera en la realidad país, en solo cinco minutos olvidamos el contexto local y fuimos a parar a la tierra de Morphosis, de la mano de un experto teorico, profesor y maestro de la arquitectura. Sabemos que  “Thom Mayne fundó Morphosis para superar las ataduras de las formas y materiales tradicionales y sobreponerse al limitante dualismo entre Modernismo Postmodernismo.” (Phaidon,1972).  Lo genial de su arquitectura esta en montarse en las alas de la deconstrucción con el desenfado de “un chico malo y travieso”. Por todos los desafíos que le ha impuesto la vida, este arquitecto es sumamente crítico y perfeccionista; sus proyectos son el resultado de profundas catarsis y estudios muy minuciosos de la plástica y la composición formal. Su arquitectura no tiene precedentes en el modernismo, ni en la modernidad del movimiento moderno, ni en la arquitectura de su país de finales de siglo. Sus aportes buscan emular el desarraigo cultural de Los Ángeles. Thom se autodescribe como implacablemente tenaz y de discurso independiente sin embargo la prensa lo tilda de irritable e inmaduro. En sus trabajos se puede notar lo profundo de sus conceptos de diseño y lo laborioso y emprendedor que es. En su método “work in progress” nos mostró a manera de confesión como va armando la forma de sus propuestas con ayuda de exploraciones de pintura y escultura, su estrategia de pensamiento frente a lo formal tiene tantas capas como las novelas de Carlos Ruiz Zafón, los significados son interminables, los caminos hacia la composición son pluridireccionales y las posibilidades casi increíbles. Sí, Thom Mayne captó y cautivo la audiencia que no pestañó, perpleja y encantada frente a sus proyectos que iluminaron el foro, tal vez porque es el anhelo de todo arquitecto lograr tan grandes e icónicos edificios y por otro lado la oportunidad tener un premio pritzker en el país de un discurso tan ameno, abierto y hasta gracioso. Su naturalidad y destreza para manejar el escenario suscito variadas y novedosas preguntas. Nos quedó la lejana sensación de habernos subido en un viaje que nos trajo de regreso al punto de partida, aquí estamos RD y sobre tu tierra estamos haciendo arquitectura.
                                                         Morphosis Team,
General Services Building, California state. 
Los foros de arquitectura gracias a Match Talent son una realidad en nuestro país, y ponen al alcance de nuestras manos lo más novedoso, lo interesante y lo actual del mundo del diseño y la construcción. Disfrutar del duo Vassal-Mayne en un mismo escenario no tiene precio, ha sido toda una osadía. Muchas son las enseñanzas de este encuentro y las preocupaciones que me embargan. Definitivamente el Star System y sus grandes firmas están cada vez mas lejos de las realidades de países como RD, y nosotros seguimos quedándonos boquiabiertos y anhelando importar más de aquello que no es inadecuado de forma climática, económica ni social. Hacemos hasta ovaciones de pie frente a lo que no nos calza, compramos el discurso de la deconstrucción y quisiéramos imitarlo en estas tierras caribeñas de la arquitectura del sol. Tenemos una capacidad innata para cambiar de opinión instantáneamente y sin remordimientos, pareciera que sufrimos de aquella enfermedad de memoria a corto plazo; tras cinco o diez minutos volvemos a empezar, libres de pecado, con la ingenuidad de un niño de tres años, sorprendidos ante la verdad y  profundamente enamorados del diseño de aquello que no debemos tener porque nos hace daño. Las respuestas para nuestra arquitectura no están en el discurso de Mayne ni en la actitud pasiva de Vassal; están en lo “sencillamente liviano” de nuestras costas y mas allá, en lo hondo de nuestra tierra pero nadie quiere ensuciarse las manos hurgando en la profundidad de nuestros suelos, encontrando en lo “sencillamente claro” de un simple de un alero los ritmos de las sombras que nos competen; en lo “sencillamente frutal, pluvial y material”: la sinfonía lluviosa de un techo de zinc a dos aguas. Quisiera que veamos  en lo “sencillamente triste y oprimido; en lo sencillamente agreste y despoblado”  las pistas del camino para redefinir el futuro de este país prodigioso de “cuatro cordilleras cardinales, y una inmensa bahía y otra inmensa bahía…” (Mir, 1949) solo teniendo claro en donde estamos podremos seguir teniendo foros de arquitectura que nos emocionen tremendamente pero sobre todo que nos motiven a seguir adelante redefiniendo una nueva y más rica arquitectura caribeña para Republica Dominicana.


miércoles, 19 de diciembre de 2012


Lo que el semestre se llevó


“People who comprehend a thing to its very depths rarely stay faithful to it forever. For they have brought its depths into the light of day: and in the depths there is always much that is unpleasant to see."

"La gente que comprende una cosa hasta lo más profundo rara vez permanecen fieles a ella para siempre. Porque ellos han traído sus profundidades a la luz del día, y en el fondo siempre hay mucho de eso que es desagradable de ver.”  
Friedrich Nietzche

Iniciar un semestre es casi siempre una emoción, una felicidad llena de energías incalculables. Los profesores no descansamos; las vacaciones nos permiten planificar y organizar las clases, coordinar actividades y preparar horarios. Impartir docencia nos hace aspirar a ser maestros, es traer lo que somos a la luz del día, empezar a dudar cuanto sabemos para empezar a aprender una y otra vez; semestre tras semestre; clase tras clase, con cada alumno, con cada vida.

Yo no estudié arquitectura para ser profesora, no es un título del que me gustaría presumir; ser profesor es casi tan difícil como ser madre, nadie te enseña cómo se hace, se aprende sobre la marcha; tú solo vez a los demás y vas tomando notas. Yo llevo casi diez años tomando notas y solo se decir que estoy intentando empezar a aprender. Al igual que las madres vez crecer a los alumnos y te preocupas por su futuro, son personas sobresalientes que crecen en conocimientos, valores y anhelos de trascendencia. Me preocupo porque sé que al salir a la calle la mayoría de estas mentes brillantes se van de mis manos en ocasiones sin la debida humildad para abrirse paso en la vida, la arrogancia, la soberbia y el hambre de llevarse el mundo por delante va destruyéndoles amistades, relaciones, reputaciones en fin; el camino. Es un trabajo cruel la docencia, cada semestre nos creamos metas y expectativas que pocas veces se alcanzan; a veces me quedan los miedos de la ética: tanto conocimiento y tan poca conciencia de Dios; tanto anhelo de éxito profesional y tanta carencia de misericordia; pero es que en el fondo algunos entienden que no estamos aquí para el sermón de adviento, ni para la corrección, ni la disciplina. Que el universo del profesor es el material de la clase, el libro, el diseño. ¿y la persona; entonces no la tocamos?  Cada alumno es un individuo con situaciones muy parecidas a las nuestras, con deficiencias, miedos, planes, sueños, enfermedades, anhelos, pantallas, máscaras, telones y teatros enteros sobre vendidos como los que vivimos nosotros los adultos, solo que ellos están iniciándose en el oficio, aprendiendo de nosotros.

En la medida de lo posible todos vamos creciendo, las viditas que llegan a nuestras manos en ciclo básico llegan a convertirse en tremendas vidas, aquilatadas y macizas, valiosas por su peso y su alto sentido de convicción. En ocasiones podemos detectar con asombro las marcas de nuestros vicios, opresiones, valores y pareceres en esas vidas que se van formando a nuestro lado. Cada semestre hay algo de nosotros que va a parar en otras vidas, tal vez lo bueno, tal vez lo malo, en fin algo se va. De lo pequeño de mi persona hay algo que sale a la luz cada semestre que construye la experiencia de mis alumnos. En el silencio de la publicación de calificaciones finales miro todo el proceso y me pregunto ¿Qué tanto aprendí yo?  ¿He logrado ser mejor persona y sobrevivir a las inclemencias del semestre? ¿Dónde se ha quedado mi corazón? Al final del semestre siempre hay algo que olvidar, algo que ya no es bueno aprender y algo en lo que ya he dejado de creer.

Este semestre tan largo y tan cargado de actividades reafirmó mi fe en el futuro de nuestro país; de jóvenes que donan lo mejor de su tiempo en iniciativas como un techo para mi país, sin embargo este periodo también me hizo entender que las presiones mediáticas de la sociedad de consumo están perfilando un nuevo profesional, lejano, superficial y de burbuja; de objetivos económicos muy marcados, de poca coherencia ética-moral y de una gran dependencia afectiva. Con este semestre se han ido mis expectativas de estudiantes de otros tiempos; comprendo la necesidad de un “like”, del “RT” y la reafirmación de la personalidad que depende de lo que los demás opinan de ti. Lamento tanto la perdida de la conversación amena a la que se le huye chateando con el whatssap, porque hasta los profesores en ocasiones lo hacen y la poca educación con la que están llegando los estudiantes a las aulas. con el fin de semestre se ha ido mi confianza en la educación íntegra familiar que ahora envía jóvenes cada vez más endebles y torcidos a las aulas, con ningunas ansiedades de conocimiento y ningún espíritu analítico. Pareciera que el mundo solo anhela dinero, poder, riquezas y pasarle por encima a quien sea para conseguirlo. ¿Cuándo nos vamos a detener a querernos como somos sin competencias y sin la prisa de llegar primero, como si la vida fuese una carrera? 

Los estudiantes te los encuentras por todas partes, en las fiestas, el súper, las tiendas, el salón de belleza y hasta en el mecánico, porque todos somos personas y habitamos en el mismo mundo con los mismos derechos y con el respeto y la admiración que nuestras relaciones ameritan. A ellos les debo tantas enseñanzas y tanta paz en mi vida, porque cada una de sus situaciones me han hecho mejor persona. Es increíble que sea Nietzche y no otro el autor de la frase que ha logrado definir el fin de este semestre.

Gracias a todos los que se montaron el tren conmigo a principio del semestre y no se bajaron hasta el final.
¡FELIZ NAVIDAD!

Es Posible La Paz

"All of us who are concerned for peace and triumph of reason and justice must be keenly aware how small an influence reason and honest good will exert upon events in the political field."                                                                           Albert Einstein

“Todos los que se preocupan por la paz, el triunfo de la razón y la justicia deben ser muy conscientes de la pequeña influencia que una buena y honesta razón ejercerá sobre los acontecimientos en el campo político.”            
Albert Einstein


A mi regreso desde upstate New York República Dominicana parece caldo en ebullición; el cambio de gobierno y las nuevas disposiciones políticas han movilizado toda una campaña de quejas y manifiestos en las redes sociales. Los jóvenes están haciendo uso de todas las herramientas mediáticas para hacer valer sus opiniones en torno a la corrupción, las medidas de la nueva reforma fiscal y la dudosa reputación del gabinete de gobierno del nuevo presidente. La juventud está quejándose, está protestando, haciendo uso de la democracia que aún podemos disfrutar gracias a un largo camino trillado a fuerza de lágrimas, sangre y dolor; gracias a la fuerza misericordiosa de Dios que permite que aún seamos libres de expresar nuestro descontento frente a la crisis política de nuestra nación. Sin embargo y muy por encima de todos los anhelos de la justa razón, las presiones políticas que estamos viviendo son producto de intereses económicos de una minoría que lo controla todo, que no piensa en país sino en estructuras corruptas y plataformas partidistas; esos que se reparten nuestros recursos y que permiten atrocidades en nuestras tierras abriendo las puertas a canales y comercio de muerte no entienden nada de la justa razón ni de la honestidad, ni de los buenos valores que enarbola la gente corriente con esta campaña mediática por las redes sociales. Esta gente desconocida que es la masa trabajadora, el pueblo que mantiene de pie este país con el sudor de su frente es la que hace grande mi patria y es la que tiene que entender que la justicia y la equidad nunca se sentarán en la mesa del dialogo con los acontecimientos políticos porque sencillamente son realidades diferentes.

La cultura de los valores nada tiene que ver con dejarnos llevar por la moda de quejarse. Tenemos que conocer nuestras debilidades para poder cambiarlas, somos un pueblo sin memoria política y a la vez un pueblo de muy pocos valores, donde la gente se ríe de la vulgaridad y de las manifestaciones de odio, esas manifestaciones que se enarbolan inscriminantes, racistas, indolentes ante la pobreza e indiferentes ante la desigualdad social de nuestra sociedad. Muchos de los que nos estamos quejando somos incapaces de disponer el destino de la basura de nuestro frente, nos hacemos los ciegos frente al drama de la drogadicción analfabeta que viven nuestros jóvenes, nos hemos auto excluido de la realidad de los hogares de ancianos y niños huérfanos, alegamos hostigamiento ante el indigente, el pedigüeño y los enfermos mentales, odiamos los animales callejeros e ignoramos sus derechos y las políticas de protección y aun así queremos reclamar que los destinos políticos de nuestro país han sido manejados de forma corrupta. Muchos estamos quejándonos sin saber de qué nos quejamos, ¿por qué reclamar las atrocidades del gobierno anterior si fuimos nosotros los que otra vez votamos por el mismo partido? Un pueblo que no sabe votar es un pueblo condenado a repetir mil veces la misma historia.

Estoy de acuerdo con que nos quejemos desde nuestra propia falta de iniciativa, de nuestro desgane y nuestra escasa conciencia social. No estuviéramos mal gobernados si supiéramos elegir nuevas formas y nuevos métodos, si hiciéramos valer el poder que tenemos como pueblo edificado en valores; pero solo nos dejamos llevar por las corrientes que nos arropan que pronto caen sin base y sin echar raíces. Quejarse por lo superficial no es quejarse, es dejarse convencer por las apariencias. Ya sé que en nuestros días las evidencias de corrupción son tan obvias que tenemos que arrancarlas de nuestras narices, estamos viviendo un circo de persecuciones políticas donde el sistema finge hacer su trabajo y nosotros asumimos ser espectadores; estamos a la “espera” de que se haga justicia y se asuman las leyes, tenemos las herramientas pero ¿Qué hacemos con ellas si no conocemos nuestros derechos? Por eso nos mantienen lejos de la educación, desconocemos de métodos, vías y formas de hacer cumplir las leyes e instaurar los valores y la honestidad porque el dominicano promedio no conoce sus derechos ni cumple con sus deberes.

Es obvio que la política no es una ciencia, es la astucia de quitarles a los pobres para llenarle los bolsillos a los que ya tienen demasiado. Es cierto que para ser político no hay que ser culto, ni instruido, ni estudiado, porque el perfil de nuestros síndicos, senadores, diputados y regidores así lo demuestra. Pero somos nosotros los que hemos decidido votar por ellos y tenerlos ahí, hemos elegido tener al frente de nuestros destinos a una banda desafinada de ineptos y corruptos. Es nuestra culpa y nuestra responsabilidad. Y quejándonos en protestas callejeras no vamos a cambiar las cosas solo vamos a crear más violencia, mas odio, más muertes. Por encima de todas las crisis debemos anhelar ser gente de paz; sé que es difícil vivir en paz frente a la injusticia, la inequidad, el hambre y la miseria, que es difícil defender la paz cuando personas menos capaces que tú te pasan por encima y adquieren mejores puestos de trabajo que tu, es difícil estar en paz cuando las oportunidades de estudio y de especialización se la dan a los hijos de los funcionarios, capacitados o no. Sé que es difícil ver el estancamiento económico de tu zona frente a la poca responsabilidad del sector empresarial  apoyado por las malas políticas gubernamentales y turísticas, yo si sé que es difícil estar en paz y ver como se caen los negocios de tanta gente buena, honesta, digna y trabajadora  por los caprichos megalómanos de un sector insaciable, podrido y nauseabundo que siempre tiene hambre de más, disfrazando su maldad con discursos y filosofía barata llena de estadísticas parciales que logran embaucar a la mayoría con palabras bonitas, yo sé y conozco de todas estas opresiones que van calando en el corazón de cada hombre haciendo brotar los más grandes alaridos de impotencia y desesperación, creando rebeliones y desdichas, sumiendo y desterrando gente brillante en la pobreza, en la indocumentación y en la ignominia; lo sé porque desde ese rincón del alma es que ahora escribo, sintiendo y viviendo estos dolores y haciéndolos muy míos sin embargo también se y conozco por demás aun en la más profunda angustia, en la noche más oscura, en la carencia mas agreste, en la soledad más triste, en el dolor más hondo y en la herida más profunda: la paz es posible.

Es posible la paz porque en ella hemos sido creados y hacia ella vamos caminando aun sin saberlo, la paz está siempre en nosotros, con nosotros y sobre nosotros; a pesar de nuestra pequeñez podemos crecer y ser una gran nación, depende únicamente de los valores que decidamos promover desde el interior de nuestros corazones, de nuestras familias, de nuestras ciudades y regiones para formar el país que queremos, quejándonos oportunamente y responsabilizándonos de cada una de nuestras acciones, porque son ellas y nada más; las que construyen día tras día la patria.