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domingo, 28 de febrero de 2016

La Física de Aristóteles (III):
 EL LUGAR



LA TEORÍA ARISTOTÉLICA DEL LUGAR

De la serie "it is not me at all" C03
Al pensar la naturaleza, Aristóteles no habla de espacio, sino de lugar, que es algo muy distinto y a la vez muy distintivo de su filosofía. El universo está pleno de cuerpos y no existe ningún vacío. Él no quiere pensar la naturaleza mediante el concepto abstracto de espacio que estaban creando los matemáticos griegos. No quiere darle entidad al espacio, contra lo que hizo Platón. Ni tampoco al vacío, un modo de no ser, por lo que rechaza las concepciones del vacío usadas por pitagóricos y atomistas.

De modo muy novedoso va a elaborar una ingeniosa teoría del lugar compatible con el movimiento -hecho físico primordial- en un universo pleno, un Todo ocupado por los cuatro elementos y los cuerpos formados con ellos. El lugar de un cuerpo es la superficie externa que lo delimita. Nuestro actual concepto de espacio solo tiene sentido en Aristóteles como magnitud, las dimensiones de un cuerpo, es decir, como algo matemático, ideal, sin realidad física. En la teoría aristotélica del lugar subyacen dos motivaciones: negarle realidad física al vacío, siguiendo la vía de Parménides, y evitar las aporías de Zenón sobre el espacio, lo continuo y lo indivisible.

1.  EVIDENCIAS Y DIFICULTADES

Puesto que la forma de movimiento más usual es el desplazamiento espacial es necesario para el físico estudiar qué y cómo es el lugar. En el libro IV de la Física Aristóteles empieza afirmando algunas tesis que le parecen evidentes:

1. Lo que no existe no ocupa ningún lugar.

2. Que el lugar existe lo prueba el que los cuerpos desplazan a otros y ocupan su lugar. Por tanto, un cuerpo y su lugar son distintos y separables.

3. El lugar tiene potencia, puesto que hay lugares naturales, es decir, lugares hacia donde se desplazan por su propia naturaleza ligera o pesada los cuatro elementos.

4. El lugar tiene tres dimensiones y seis direcciones, que son objetivas en la Naturaleza, no meramente subjetivas en función de la posición del observador: arriba, abajo, delante, detrás, izquierda, derecha.

A continuación plantea algunas dificultades que se presentan a la hora de pensar qué es el lugar y que intentará aclarar mediante  razonamientos posteriores: 

5. El lugar de un cuerpo, al igual que este, tiene tres dimensiones, pero no puede ser un cuerpo, pues entonces habría dos cuerpos en el mismo lugar.

6. Si un cuerpo tiene un lugar también lo tendrán sus superficies; pero al no haber diferencia entre el punto y el lugar del punto parece que el lugar no puede estar fuera de lo que está formado por puntos.

7. El lugar ni es un elemento ni está formado por elementos, sean corpóreos o incorpóreos, y  sin embargo posee magnitud.

8. El lugar parece no ser causa de nada, pues no es causa material, ni formal, ni final, ni motriz.

9. Hay que responder a la aporía de Zenón: Si el lugar es algo debe estar en un lugar, y este en otro lugar, y así sucesivamente, sin fin.

10.          Todo cuerpo ocupa un lugar y en todo lugar hay un cuerpo. ¿Pero qué pasa con los cuerpos que aumentan o disminuyen? Parece que el lugar tendrá que cambiar.

2. CONSIDERACIONES PREVIAS SOBRE EL LUGAR

Aristóteles advierte que hay que distinguir entre el lugar propio de cada cosa y el lugar del universo o espacio, donde estarían incluidos los primeros. Llevando la cuestión al terreno de sus principios filosóficos Aristóteles señala que el lugar no es ni la materia del cuerpo ni su forma, pues ninguna de las dos es separable del cuerpo, pero el lugar sí lo es. Además, el lugar del cuerpo no es su materia porque el lugar es el receptáculo del cuerpo, no su contenido; y tampoco del hecho de que la figura de un cuerpo -que depende de su forma- lo delimite hay que deducir que la forma es el lugar del cuerpo.

Puesto que se dice de las cosas que “están en” un lugar Aristóteles repasa las distintas acepciones de la expresión “estar en” y concluye que no tiene sentido decir de una cosa que “está en sí misma”, de modo que toda cosa está en otra. Esto le permitirá justificar que cada cosa está en un lugar dentro del universo, pero que el universo mismo no esté en ningún lugar; y asimismo le servirá para responder a la aporía de Zenón antes mencionada.

3. CARACTERÍSTICAS DEL LUGAR

Aristóteles va a razonar sobre qué es el lugar partiendo de los siguientes postulados:

11.          El lugar es continente, pero no es parte de lo contenido.

12.          El lugar no es mayor ni menor que lo contenido.

13.          Toda cosa puede cambiar de lugar, es separable de él.

14.          Todo lugar tiene un arriba y un abajo y toda cosa se mueve hacia arriba o hacia abajo para ir a ocupar su lugar natural.

La conexión entre movimiento y lugar deriva de la existencia del movimiento espacial; como el propio universo se mueve la gente cree que también está en un lugar. Tanto el desplazamiento espacial como el crecimiento y la disminución de un cuerpo implican variaciones de lugar. Para analizar el movimiento hay que distinguir entre lo que se mueve por sí mismo, como una nave, y lo que se mueve por accidente, bien por ser parte de otro cuerpo, como el mástil en la nave, o por ser una propiedad de un cuerpo, como su color.

Otra distinción conceptual importante es la que establece entre los cuerpos que están separados de su continente -como el vino y el ánfora- y los cuerpos que están en continuidad con su continente -como la mano y el brazo. En el primer caso se dice que el continente es el lugar del contenido; en el segundo se dice que el contenido es parte del continente, sin que aquel sea el lugar de este. En el primer caso el contenido se mueve en el continente, en el segundo, se mueve con él.

Aristóteles define el lugar como el límite del cuerpo continente. Previene que no hay que confundirlo con la figura del contenido, que es el límite de este. Señala que es habitual confundir el lugar de un cuerpo con su materia, lo que atribuye a la existencia de cuerpos en reposo. No menos habitual es la confusión entre el lugar y la forma de un cuerpo, lo que se debe a la permanencia de la figura de los cuerpos. Otra confusión ordinaria es creer que el lugar de un cuerpo es su dimensión, pero esta no existe por sí misma. Así pues, el lugar de un cuerpo es la superficie limitante que lo contiene.

El lugar, dice Aristóteles, es inmóvil. Cuando un cuerpo está en movimiento continuo, como una barca en un río, el lugar de la barca es el río como totalidad inmóvil, su cauce: el lugar de un móvil es el primer límite inmóvil de lo que lo contiene. Y aplica esta definición a los movimientos en el universo: el centro del universo, inmóvil, es el abajo absoluto del movimiento; el límite exterior del movimiento de los cielos es el arriba absoluto, porque aunque se mueva se está moviendo siempre en sí mismo.

4. EL UNIVERSO. SOLUCIONES A LAS DIFICULTADES

Un cuerpo está en un lugar si hay otro fuera de él que lo contiene; por tanto, el universo no tiene lugar; pero sí cualesquiera de sus partes con capacidad de crecimiento o desplazamiento; unas lo hacen en círculo y otras hacia arriba y hacia abajo. Del universo puede decirse que se mueve, porque gira circularmente, y que no se mueve, porque está siempre en sí mismo. Nada hay fuera de él.

a. El lugar no es un cuerpo, luego no hay duplicidad entre un cuerpo y su lugar.

b. Un punto no tiene lugar, pues no es un cuerpo contenido por otro.

c. El lugar no es una extensión corpórea: lo que contiene es un cuerpo, no la extensión de un cuerpo.

d. El lugar de un cuerpo no es la causa del movimiento del cuerpo: cada cuerpo se desplaza hacia su lugar natural y tiende a permanecer en él. Los lugares naturales están definidos por el movimiento circular del universo y por la ligereza o pesantez relativa de los cuatro elementos.

e. El lugar no está en un lugar, pues solo tienen lugar los cuerpos con capacidad de movimiento; el lugar está respecto al cuerpo como está el límite en lo limitado.

f.  Cuando un cuerpo cambia de magnitud su lugar cambia de modo accidental, no como algo propio, puesto que el lugar no pertenece al cuerpo, sino que es su límite externo.



PARA SABER MÁS

    Hernández González, Miguel. "Aristóteles: la Física", en Historia de la Geometría Griega, Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia, 1992.
    Física, Aristóteles, Ed. Gredos; véase la introducción de G. de Echandía.
    Aristóteles, W. D. Ross, Ed. Charcas; véase el capítulo III.
    Historia de la Ciencia, Alistair Crombie, Ed. Alianza, tomo I, cap. 3
    Los inicios de la ciencia occidental, David Lindberg, Ed. Paidós, véase cap. 3

HABLAR DE DISEÑO

De la serie "it is not me at all" C42
HABLAR DE DISEÑO 

Los seminarios de arquitectura son espacios de interacción que hacen más grande la academia, creando lazos entorno a la construcción del conocimiento. 

En esta ocasión el interés está centrado en un objetivo muy particular: Hablar de diseño. Pienso que erróneamente se ha concluido que el taller de diseño es solamente un proceso de acción, pues sabemos que históricamente siempre hemos “hablado” de diseño, y que todavía hoy en día lo hacemos. Esto sin duda sugiere que debería emerger una relación más honesta entre la palabra escrita, el discurso y el diseño: debemos empezar a valorar lenguaje como un eficaz correctivo, debido al gran esfuerzo que representa hacia la abstracción ya que la transmisión oral y escrita del diseño es una de las actividades más difíciles y debilitantes en todo el proceso de taller arquitectónico.  

Hans Loidl, en su ensayo “algunas observaciones introductorias a propósito de conversaciones sobre diseño”  resalta tres razones para iniciar la conciliación entre el hecho arquitectónico y su discurso: La primera estriba en la codificación distinta que tiene  por un lado el lenguaje de signos y por el otro el lenguaje de las palabras. Podemos utilizar el lenguaje como un eficaz correctivo a la confusión y desilusión causada por los colores y los juegos gráficos, resistiéndonos a las imágenes en movimiento y los gráficos interesantes. La segunda razón radica también en la codificación, enfocada en la presión para traducir desde el signo gráfico hacia el signo lingüístico, partiendo de imágenes para construir palabras, esta práctica siempre representa un gran esfuerzo de abstracción, a través de una reducción lingüística se expresa lo que es esencial en la imagen. Esta transformación verbal hace más claros los principios, muestra conceptos y revela conexiones. Si no “hablamos” de los diseños, estamos perdiendo una oportunidad que es tan simple como importante: “la oportunidad de evaluar los proyectos y sus procesos adecuadamente”. Así mismo el sentido contrario de estas operaciones es igual de importante, la traducción de abstracciones lingüísticas en su equivalente pictórico. Una de las actividades más difíciles y debilitantes en todo el proceso de taller es la transmisión oral y escrita del diseño.  Esto nos lleva a una tercera razón: la necesidad de conocer los sujetos de una comunidad discursiva y su vocabulario. Yo sólo puedo hablar de manera significativa y productiva de algo si la gente con quien estoy hablando; habla la misma lengua que yo y yo los puedo entender. Si la semántica de mis palabras, es decir los conceptos que empleo, son prácticamente los mismos para quien me escucha.

El Pensamiento Crítico 

arq. Eliana peralta sustentando su tesis, frente al jurado Arq. victoria lora
siendo su asesora y profesora en varias asignaturas noté que, Eliana desarrolló
 unacapacidad argumentativa de alto nivel gracias a su disposición ante
la critica.
Si no fuera por la memoria escrita en arquitectura estaríamos perdidos. ¿Cómo transmitir las ideas que sostienen el quehacer proyectual? Sin ellas no hay evidencia suficiente de los hallazgos y errores de cada tiempo,  ni certezas demostrables de lo que se piensa, de lo que se cree, ni de lo que se diseña. Es importante hacer referencia a la relación proporcional que existe entre la calidad proyectual y el ejercicio de la crítica: Sin crítica no hay buena arquitectura, no hay memoria documental y mucho menos estándares claros de calidad proyectual. Quien no analiza su realidad tampoco puede criticarla y mucho menos cambiarla. Cuando los movimientos y estilos arquitectónicos estriban en los bordes dogmáticos, dejando a un lado la realidad de la gente y del mundo en que se vive. siempre hay una crítica reflexiva que abre las puertas a nuevos discursos al tiempo que rompe con los paradigmas anteriores. En este ir y venir de reformas y contra reformas; de antis y neos, de “tardos”, “revivals” y “nouveaus” se sostiene la arquitectura como una disciplina que avanza en espiral, tan exacta como las estructuras y tan caprichosa como el arte; en la que surgen y mueren ideales a diario.

dirigiendo el discurso inicial del seminario
Arritmia urbana; excelente experiencia.
Desde autores como Kenneth Frampton, en su publicación Historia crítica de la arquitectura moderna” Entendemos la importancia del pensamiento crítico como proceso cognitivo que se propone evaluar la estructura en la que se articulan las secuencias cognitivas, en particular las opiniones o afirmaciones que en la vida cotidiana suelen aceptarse como verdaderas. La riqueza que subyace en el discurso arquitectónico es esa curiosidad que se asiste del conocimiento y la inteligencia para llegar a la posición más razonable y justificada sobre un tema. Las asignaturas del componente de historia y teoría de la arquitectura estimulan y desarrollan las destrezas vinculadas al pensamiento crítico, para esto se valen de las prácticas de lectura y la escritura, integrando la capacidad analítica y el pensamiento visual. No se trata de memorizar ni de relacionar características; la finalidad última de esta componente es formar integralmente el perfil de un nuevo arquitecto capaz de asumir su papel con liderazgo, cada vez mas interdisciplinario, sensible y consiente.  En palabras de Wright, quien siempre se mantuvo al margen de cualquier vanguardia, “El arquitecto debe ser un profeta... Un profeta en el verdadero sentido del término... Si no puede ver por lo menos diez años hacia adelante que no lo llamen arquitecto”.

con nuestros invitados especiales del seminario arritmia urbana, Shaney Peña y Juan Mubarack, junto a los profesores, Jose Sanchez, y Fausto ortiz.
La estrategia de seminario aplicada en esta asignatura: “seminario de temas de arquitectura” se concentró en promover lo que los estudiantes son capaces de hacer al conformar una comunidad científica, enfocada en un tema común, validando textos, identificando conceptos claves, definiendo nuevos temas de investigación y nuevas metodologías, en fin “Inspirando nuevas líneas y áreas de investigación(Sampieri 2004) que han dado como resultado ensayos argumentativos que buscan colocar en su justa medida el método de diseño contemporáneo frente a nuestra realidad local. La autonomía de estos aprendizajes comprende transformaciones profundas, desde las tutorías como herramienta de acompañamiento, la reflexión sobre la práctica de los actores, la evaluación formativa y procesual en todas sus dimensiones y la validación de estrategias de forma consensuada en el aula. El miedo a escribir se parece mucho a la primera idea del proyecto, es el mismo encuentro con el papel en blanco. Si queremos mejores profesionales debemos invertir tiempo de calidad en lo que se lee y se escribe en nuestras aulas, no solo en lo que se diseña. Los mejores profesionales son aquellos que se adelantan a su tiempo porque pueden, con la mayor lucidez, reflexionar sobre las realidades y las amenazas de su época.

En un panorama local, Joseph María Montaner afirma que “La critica poco a poco se esfuerza por consolidarse en Latinoamérica” reconociendo que hay una tradición fundamental de crítica latinoamericana que aglutina lo social, lo ecológico y hasta lo político en ocasiones, sin embargo  las nuevas corrientes de análisis formalista en América latina son cada vez  más cosmopolitas, más internacionales y por ende con mayor aceptación. Los contextos reflexivos son cada vez más amplios porque no queremos estar 20 años detrás de la práctica profesional frente a otros países, cada vez son más los egresados que se insertan con éxito en programas internacionales de maestría y doctorado.

Todo esto apunta a un nuevo enfoque formativo, los nuevos niveles de competitividad requieren que nuestros egresados sean más capaces, más emprendedores, mas lideres,  diestros y  empoderados en sus procesos.

mesa de Honor presidida por quien fuere nuestra Directora y gran Bnefactora e impulsora de los seminarios de arquitectura
Arq. Rosemary Franquiz, a su izquierda Shaney Peña y Juan Mubarack. Al fondo la maestra de ceremonia Xiofranny Santos.
En todas las aspiraciones formativas antes mencionadas; espacios como este se hacen cada vez más necesarios; y mas que necesarios imprescindibles. No estamos colocando los estudiantes en un paredón, para evaluarles, ni mucho menos para acorralarles, estamos sentando las bases académicas necesarias para la construcción de diálogos horizontales en torno a la crítica arquitectónica. Sentados aquí uno al lado del otro, profesores y estudiantes, para hablar de arquitectura. Eliminando distancias y dejándonos unir por el conocimiento.

Lo que se presenta a continuación es la producción colectiva, evaluada, seleccionada y premiada de veintidós  puntos de vista frente a seis maestros del método contemporáneo abarcando aspectos puntuales: el historicismo simbólico de Robert Venturi, el trazo sereno y comprometido de Álvaro Siza, la abstracción formal de Peter Eisenman, la ruta escultórica de Frank Gehry, la presión programática de Rem Koolhaas y la materialidad de Herzog & de Meuron.

La academia necesita de estos momentos de interacción, en los que a la luz de los valores y el humanismo cristiano, brille con luz propia el centro de los procesos de enseñanza-aprendizaje: el estudiante.

Referencias
Hans Loidl, S. B. (2002). Opening spaces: Design as landscape architecture. (1ra ed.). Birkhauser Verlag AG.
Hernández Sampieri, Roberto; et al. Metodología de la Investigación. (4ª. ed.). McGraw-Hill. México, D.F., 2004.
Joseph  María, Montaner. (2011). Arquitectura y crítica en Latinoamérica. (1ra ed.). Nobuko.

Kenneth Frampton, Historia crítica de la arquitectura moderna, traducción de Jorge Sainz. (1ra ed.).  Editorial Gustavo Gili, S A08029 

UNA ARQUITECTURA MÁS ADAPTADA A LA MODA QUE AL CONTEXTO.

“Un pueblo estúpido e ignorante guiado como reses”
-Emilio Brea




Comenzar a pensar en una actualidad contextualizada, con la deficiencia de carácter  y abundancia de ignorancia  desmedida y criticastro satirizado, es algo inútil.

De la serie "it is nor me at all" C01
Las modas podrían ser definidas como mecanismos que regulan las elecciones individuales de un conjunto de personas, que muchas veces crean presiones sociales que llevan a tomar ciertas elecciones sobre otras, creando un hábito repetitivo que aleja a los individuos de las decisiones racionales propias y refleja su falta de identidad.

La arquitectura, en especial la que se proyecta actualmente, se ve enormemente influenciada por las tendencias globales en boga, lo cual aleja, en cierta manera, la respuesta contextualizada de acuerdo a los factores ambientales y de entorno.


El contexto suele sacar a flote el tema de la identidad, y la arquitectura dominicana, más que estar orientada a una búsqueda de identidad, debe comprender su propia realidad, su propio lenguaje contextualizado, no estandarizando la arquitectura con algún estilo, sino más bien impulsando una corriente de pensamiento crítico sobre el contexto, logrando una arquitectura cultural que como resultado refleje por si misma nuestra identidad. Citando a Ramón Gutiérrez en su ensayo, Arquitectura e Identidad,  “La producción mediocre de una arquitectura sin carácter que conforma los actuales  ámbitos de vida, hace perder al hombre la identidad con su propio medio, a la vez lo va vaciando de estímulos culturales”.
¿Les resulta fácil ignorar las fachadas acristaladas que se contraponen a un contexto caribeño? ¿Pasan desapercibidos los ornamentos en el perfil de ciudad dominicana?  “La arquitectura es el arte inevitable” (Roth, 1993).  Es fácil ignorar cualquier producto de las artes visuales, pero resulta imposible ignorar el resultado arquitectónico porque conforma nuestro paisaje. Esta frase introductoria del libro “Entender la Arquitectura” de Leland M. Roth parece desatinada para esta latitud, en donde se ignora la arquitectura, se es indiferente ante las respuestas arquitectónicas y se deja en las manos de cualquiera la imagen de cultura actual. Definir una arquitectura que identifique al país en un contexto global se ha hecho un imposible. No tenemos claras las características que debería tener nuestra arquitectura, ni siquiera sabemos si debería tener características marcadas o seguir simplemente una metódica orientada a rasgos culturales intangibles.

Desde su inicio, la República Dominicana se ha visto influenciada  por diferentes culturas, el país crece siendo un collage entre lo que nos identifica realmente y lo que nos distingue como acogedores de culturas ajenas.  Esto nos lleva a cuestionar si tenemos rasgos culturales que nos permitan tener una identidad arquitectónica definida o si más bien lo que nos define en sí mismo es este multiculturalismo que nos ayuda a crear nuestra imagen actual de identidad.

La imagen de lo Nuestro



¿Algo “nuestro”?  ¿Acaso tenemos algo propio que no esté referenciado a nuestra indulgente ignorancia transcriptora de tendencias arquitectónicas ajenas? Para que mentir, no podemos ser ajenos a las tendencias globales, a la influencia que nos viene desde los países que idolatramos, pero hasta qué punto seguiremos siendo “guiados como reces” por el camino de lo que llaman global que es más bien la excusa perfecta para calcar el mismo insulso estereotipo que está “de moda” en cada país sin hacer el mínimo esfuerzo de pensar en nuestra cultura e identidad. La esencia de la identidad se ha dejado a un lado por quienes se “han convertido en transformistas y tramoyistas, obnubilados del texto extraído de libros y revistas, o que estando retroalimentados por las ocasionales inserciones que aparecen en internet, se hayan convertidos en seguidores fieles de la arquitectura formal más que espacial…” (Brea, 2013), prostituyendo nuestras raíces a cambio de la complacencia de quienes ignoran que exista siquiera este pequeño país en el caribe.
la ultima vez que te escuche hablar de arquitectura: Senor inquieto; insistí tanto en llevar mis estudiantes; sabe Dios por qué.

Los estereotipos extranjeros tienen tanta influencia en la actualidad que muchas veces se pierde la idea de local, de nuestro. Las influencias de los grandes modelos mundiales a seguir tienen tanto peso para las nuevas generaciones, que cuando se presenta un proyecto, lo primero que suele hacerse es buscar lo que está de moda dentro de la tipología a desarrollar, sin pensar en contexto, mucho menos en el carácter arquitectónico del emplazamiento o los materiales. Las escuelas de arquitectura deben poner énfasis en que los proyectos de sus estudiantes reflejen la cultura y el respeto por la materialidad autóctona, considerando además las respuestas espaciales.

Los concursos de edificios en altura en este contexto caribeño son cada vez más aceptados y fomentados, alegando la teoría de que el crecimiento vertical es el futuro de las ciudades, a lo que traigo a colación la opinión del padre del nuevo urbanismo, Leon Krier, el cual opina que “la era del rascacielos utilitario está llegando a su fin”, y es que los defensores de estas teorías de edificaciones en altura no contextualizan esas edificaciones y solo se adaptan como una receta a cualquier latitud, independientemente de si merezca la pena o no ese tipo de crecimiento (Krier, 2001).

Por otro lado, se suele pensar en las raíces históricas al referirse a la identidad de un país, pero existe un punto, y es que “en la medida en que la identidad deriva de la sustancia física, de lo histórico, del contexto y de lo real, en cierto modo no podemos imaginar que nada contemporáneo le aporte algo.” (Koolhaas, 2007). Pero el desarrollo de la sociedad y el crecimiento exponencial de la misma, como bien lo explica Koolhaas, harán que el pasado pierda cobertura y nuestro presente, contemporáneo, sea la nueva identidad para las generaciones futuras. Entonces, está en nosotros ser más que solo reproducción. Está en todos los arquitectos el papel de crear identidad y de lograr, mediante el pensamiento analítico y crítico, desarrollar una arquitectura que se posicione en la contemporaneidad como algo más que un revoltijo de peculiaridades históricas que buscan la emulación de la ironía posmoderna, sin la ironía.

Hablar de contexto no es hablar de formas tradicionales y monótonas que nos alejen aún más del concepto integral de arquitectura con carácter e identidad, es más bien hablar de arquitectura sin estilos, sin rigidez de expresión, orientada al ser, al ente que la habita, más que al desvarío de una bonita fachada apática con su emplazamiento.  La creatividad propia de la disciplina proyectual se decantó  por la innovación hasta llegar al absurdo”  (Olivares, 2013), y de ese absurdo no hemos salido.

¿Si todos lo hacen es correcto?

La costumbre hace que cada día se vea más aceptable el referente arquitectónico extranjero o el rutinario estilo colonial. Perdemos la capacidad de discernir entre lo adecuado y lo cotidiano inadaptado. Así lo plantea  (Carli, 2000) diciendo que “La costumbre tiene la facultad de hacer trizas la mayoria de las convenciones impuestas por la arquitectura académica. Es un fenómeno que aparece siempre acompañado con el paso del tiempo, y que termina por hacer aceptable las más variadas cosas por discutibles que sean…” Las tipologías de edificaciones construidas terminan siendo impuestas por las modas y los estamentos de poder, en donde los pocos intentos adecuados de desarrollo arquitectónico pasan desapercibidos ante las grandes masas.

En todas las especies, en especial en las reses, existe ese instinto de seguir a los demás, de seguir a la manada. Las personas no son la excepción, siempre existe la tendencia de seguir a los demás.  Entonces, ¿Qué es lo que impulsa a alguien a salirse de los lineamientos correctos para la mayoría? Simple, pensamiento crítico, alejando la zona de confort en la que te encuentras e intentando destacar por tu capacidad de decir ¡ya basta de hacer el mismo absurdo!
No se intenta, por medio de este escrito, atacar o menospreciar la arquitectura dominicana, sino más bien encaminar a los lectores hacia un enfoque crítico y realista de la realidad arquitectónica del país. Las mutaciones existen, las tipológicas, plásticas, estructurales y demás, y no se puede ser ajeno a los cambios y avances que surgen en el resto del mundo, pero debe existir un límite marcado, una barrera entre lo que nos hace crecer y lo que nos agrupa en un conjunto al que no pertenecemos. El arquitecto debe tener una cosmovisión, entender todo lo que lo rodea y contextualizarlo adecuadamente, jamás imponer.

Somos un minúsculo país de una identidad castrada desde hace muchos años, pero no se puede perder nuestro pensamiento en el intento de buscar indicios de identidad donde nunca han existido, cuando tenemos infinitas cosas que nos rodean y nos definen y destacan del resto de seres humanos en el mundo.

La arquitectura, siendo expresada en principio como un arte presente en todas las civilizaciones y del cual no se puede estar aislado, debería estar orientada a la imagen del conjunto, a la relación armonía, arquitectura-usuario. Como bien lo expresa Fernando Sánchez Dragó en una frase, “Es una de las infinitas formas de ser estúpido eso de querer que la realidad se adecue a tu pensamiento”, jamás un arquitecto debe intentar adaptar la materialidad infinita de la realidad a su propio y limitado raciocinio. No dejemos que la arquitectura dominicana se defina a sí misma como ausente. Tenemos más que dar que aceptación. La arquitectura está en constante cambio y muchas veces nos lleva a considerar que para ser notados debemos seguir la corriente de lo que existe, cuando muchas veces, para ser percibidos se debe salir de la dualidad paradójica entre innovación y reproducción profesional. Dejemos de buscar una identidad, no perdamos el tiempo, comencemos a aceptar que desde siempre la hemos tenido y que cada día evolucionará para seguirle el ritmo a nuestro pensamiento actual, liberal, en constante transformación y escéptico sobre tantas cosas. Dejemos de ser guiados al vacío insustancial de la implementación descontextualizada de lo que nos llegue.